Incertidumbre
Inmanuel Kant dijo en su tiempo (¡y qué validez tiene para ahora y siempre!) “la inteligencia de un individuo se mide por la cantidad de incertidumbres que es capaz de soportar”. Vivimos ciertamente en la incertidumbre. Ciertamente porque es verdad que nos enfrentamos al cambio y a circunstancias imprevistas, por mucho que queramos controlar.
Sin embargo, ahí está incluso la clave de la tranquilidad, a vivir el momento presente con más intensidad, más armonía y más desapego. Es lo único que tenemos, es el gran regalo de la vida, el aquí y el ahora. Lo que vaya a ocurrir después forma parte de esta aventura tras extraordinaria que es la existencia. Y una aventura es diversión, es conocer sitios nuevos, es conocer personas distintas que por ser diferentes y pensar diferente me complementan y me ayudan a sentir que todos somos uno. Nos abrimos a lo que el presente nos depare, abriéndonos a nuevas posibilidades de todo tipo. Y esto no quiere decir que hacer planes de futuro o proponerse metas sea algo malo. Al contrario, nos puede ayudar a afrontar y hacer bien lo que tenemos que hacer ahora, con más intensidad. Pero quién sabe, incluso por el camino nos podemos encontrar con algo mejor de lo planeado. Los propios baches y dificultades son aprendizajes para llevarnos a la completad si sabemos darnos cuenta.
Todo forma parte del camino y en él podemos encontrar la felicidad. Y así, en medio de la incertidumbre, sentimos la necesidad de crecer, de saber más, podemos conectar con el deseo de salir de la zona de confort y vivir nuevas experiencias. La vida es una aventura, en la que se ofrecen infinidad de oportunidades.. Una aventura para sentir y armonizarnos con la naturaleza.
La incertidumbre es aquella amiga que nos acompaña para decirnos por qué preocuparte, ábrete a los sentidos y a la experiencia.
Por: Manuel González Batres – 13 de diciembre de 2022