Llega la Navidad y no a todos nos produce las mismas sensaciones, cada uno de nosotros lo vivimos de forma distinta, de hecho, a algunos les encanta y disfrutan mucho de ella, para otros son momentos de estrés y ansiedad y los hay que no quieren saber nada de ella. Ciertamente, para muchos de nosotros, estas fiestas son sinónimo de tristeza y nostalgia ya que son un doloroso recordatorio de la ausencia de un ser querido, por lo que procura ser paciente con tus emociones. Es posible que antes te gustara, pero hace poco que has perdido un ser querido y tus sentimientos han cambiado, igual que cambiamos nosotros. Es usual que experimentes una intensa montaña rusa emocional en estos días. Porque la Navidad es un tiempo en el que afloran nuestros sentimientos más humanos.
No solo el recuerdo de un ser querido que ya no está, también el estrés de estos días, la fiebre consumista, la obligación de encontrarte con familiares que no son de tu agrado… Cada persona expresará estos sentimientos de manera diferente.
Algunos consejos para afrontar mejor estos días son:
Date permiso para sentir estas emociones. No te obligues a sentirte de una determinada manera, no debes imponerte ser feliz. Es importante que sientas y saques esas emociones, aunque al mismo tiempo intentes hacer lo que te haga más feliz.
Vivir la Navidad como hacen los niños. Cuando tenemos niños cerca es más fácil contagiarnos de su entusiasmo e ilusión y disfrutar con ellos de la navidad sacando el niño que tenemos dentro. Si no tenemos niños cerca también es importante buscar y encontrar motivos adecuados y realistas para disfrutar, haciendo lo que nos guste en la medida en que podamos.
Céntrate en los que sí están. Si has perdido un familiar, hay que intentar poner en valor la oportunidad de reunirnos con los que todavía están con nosotros. Disfrutar de su compañía y poner el foco en las cosas que nos hacen felices.
Recuerda al ser querido fallecido. Es posible que por momentos te sientas abrumado por el dolor de esta ausencia por lo que recordarlo y tenerlo presente, contar anécdotas suyas, ver fotos, hacer lo que él le gustaría que hiciéramos, nos permitirá sentir que él está junto a nosotros. Estar acompañado por quienes amamos y nos aman será fundamental durante este momento unidos en un mismo sentimiento.
Júntate con quien quieres. No fuerces las citas familiares. Queda sólo con los que quieras ver. A veces es mejor reunirse con amigos. Si vas a estar más a gusto con amigos o si no tienes familia cerca, también pueden ser un excelente apoyo. Y si no te queda más remedio que reunirte con la familia intenta centrarte en lo positivo.
Utiliza el sentido del humor. La Navidad está en todas partes, es difícil saltársela a no ser que te vayas de viaje. Si no puedes, intenta afrontarla con la mejor actitud, echar mano de la ironía y el buen humor, quitando importancia a las cosas, distinguiendo lo esencial de lo superfluo, pensándolo bien antes de saltar, si hay que avivar la llama, que sea la de la chimenea.
Practica el mindfulness. Consiste en prestar atención a cada momento, emoción, sensación… desde la aceptación, es decir, sin juzgarlo, sin valorar si es positivo o negativo, solo sintiéndolo. Gracias a ello podrás vivir la Navidad con mayor plenitud. Empieza a pensar qué es lo que quieres realmente tú. No dudes en encontrar pequeños espacios para que tanto tu mente como tu cuerpo se relajen. Serenar tu mente y darle un respiro a tu cuerpo.