Durante el 2020 aumentaron en gran medida los trastornos mentales, el insomnio, la ansiedad, la depresión… La causa más común del suicidio es la tristeza profunda, la sensación de desesperanza, de abandono. El confinamiento, la imposibilidad de realizar duelos, la soledad, las barreras asistenciales, la privación del ocio… han afectado a los españoles de una forma severa. 

 

Obtenemos un 7,4% más de suicidios en general y el doble en menores de 18 años comparándolo con 2019. La fundación ANAR recibió un 145% más de llamadas por intentos de suicidio en 2020 que en 2019. Registramos el mayor número de suicidios desde 1906.

 

Estamos ante un problema nacional severo. 

 

Hablar del suicidio no aumenta el riesgo, no hace efecto llamada, al contrario. Pedir ayuda sigue siendo un estigma para muchas personas, lo que reduce las posibilidades de recibirlas y por lo tanto incrementa que se lleve a cabo un intento de suicidio. Por este motivo tenemos que hablar del suicidio a nivel social de manera explícita. Las causas del suicidio no son únicamente por enfermedades mentales. 

 

Es importante y fundamental que el suicidio sea una realidad visible y que se priorice la salud mental en toda la población, sin tabúes y sin estigmas. 

 

Si estás pasando por un mal momento, si conoces a alguien que creas que necesita ayuda, no lo dejes pasar. Cualquier problema de salud mental si se coge a tiempo facilita el progreso de mejora y evita el malestar mayor.