¿Qué es la autoestima? Una respuesta frecuente es apreciarse o quererse a uno mismo, reconocer los propios méritos. Puede que esté más o menos bien, al fin y al cabo recoge su cariz etimológico.

 

¡Qué fácil es engañarse! (para bien o para mal). Desde creerse fantástico y estupendo, pero en el fondo sentirse inferior, pasando por un termino medio, hasta llegar justo a lo contrario, sentirse lo peor y sin embargo atreverse con todo y conseguir grandes logros. ¿Podría darse el caso de quién sí se ajuste a la realidad? ¿Qué realidad? ¿La de la valoración social, la de las metas económicas, la de estar simple y llanamente a gusto consigo mismo? 

 

La autoestima, ¿cómo la descubrimos o estudiamos? Como punto de partida vamos a tomar dos conceptos que derivan de modelos diferentes: psicoanálisis y psicología cognitiva. En un primer nivel de encuentro, podemos establecer que la autoestima es la valoración que nos damos a nosotros mismos, que de alguna forma podemos evaluar y medir en torno a grados. El narcisismo haría referencia a lo que subyace en el inconsciente, relativo a la libido del yo y que puede traducirse no sólo en la estima que nos damos a nosotros mismos sino en otro tipo de trastornos. Es más, en algunas casos podemos hablar de un trastorno narcisista y encontrarnos a alguien que, en sus verbalizaciones sobre sí mismos indique un nivel de autodesprecio exagerado. 

 

Es como si el narcisismo tuviera dos caras, una por exceso y otra por defecto, pero en ambas el yo está implicado por cuanto en un lado el alarde sobre uno mismo lleva a situaciones amplificadas y por el otro las lamentaciones se coloquen en el centro de los discursos. 

 

Para conciliar de alguna forma estos dos conceptos, autoestima y narcisismo, podemos indicar que el primero es un aspecto más (y quizá no el más importante) de los muchos indicadores que tiene el segundo. Desde los cuatro niveles de respuesta, verbal, fisiológico, de conducta y gestual, la autoestima sería un factor muy llamativo en el primero de ellos, englobando las diferentes afirmaciones que el sujeto hace de sí mismo. Pero, iría más allá del primero de ellos, a nivel de conducta podemos inferir cómo la persona se quiere o no (supuestamente y en apariencia) y no digamos a nivel gestual, donde muchas de las expresiones del cuerpo delatan hechos no confesados con palabras. 

 

No cabe duda que tanto el narcisismo como la autoestima son dos fenómenos complejos. Pienso que el primero hace referencia a procesos energéticos y el segundo a procesos ideacionales, tanto conscientes como inconcientes. 

 

Vamos con la autoestima. ¿Cuál podría ser su definición? Se dice en ciencia que hay que partir de lo más simple. Vayamos al vocablo: auto, en referencia a uno mismo, y estima, consideración en que tengo algo. Por tanto, juntándolos tenemos la consideración, la valoración, que cada cual hace de sí mismo. A un nivel consciente, esta valoración la podríamos cuantificar según lo que la persona diga de sí misma, o haga cosas referidas al autoconcepto, a la autoimagen (dos términos también relacionados), como arreglarse de alguna determinada forma, con el fin de ensalzarse, cubrir algún “defecto”, dar a entender quién es o quién no es… 

 

Por tanto, podríamos enumerar una serie de ítems (a modo de los tests psicológicos sobre autoestima existentes) que definieran los cuatro factores de respuesta antes mencionados. Según lo que el sujeto dijera, o puntuara de sí mismo, podríamos definir un nivel de autoestima. También, podríamos hacer el experimento con observadores externos al propio sujeto, según el tipo de vida que lleva, lo que compre, cómo se cuida, pero nunca sabríamos a priori si se trata de tapar algo por poca consideración a sí mismo o de lo contrario. Habría que preguntarle. El tipo de vida que lleva a grandes rasgos, la manera en que cuida sus relaciones personales, el tipo de reto a que se somete, su salud, su alimentación, horarios… En fin, sería una tarea bastante ardua definir uno por uno los posibles ítems en que la autoestima podría estar implicada. 

 

Por tanto, para conocer bien la autoestima de una persona, ésta tiene que ser lo más honesta consigo misma que pueda y someter a análisis todas y cada una de las manifestaciones de su vida y entenderá mejor si se valora o no, si se estima o no. Es decir, se trata de analizar las ideas que están por debajo de los distintos hechos, interiores o exteriores. A partir de ahí, lo que hay que tratar de ver es cómo cambiar, modificar la autoestima, como moldear los diferentes pensamientos que están bajo las palabras, los gestos, los hechos y los indicadores fisiológicos.

 

¿Qué es entonces el narcisismo? Simplificando, por tanto yendo al origen del vocablo, Narciso, el enamoramiento hacia uno mismo. Pone la energía en el yo, porque queda prendado de algo que le gusta mucho en sí mismo. Otro objetivo, sería descubrir la intensidad de estos conceptos así como la intensidad de los síntomas reveladores de la consideración hacia el yo, pero esto lo abordaremos más adelante, cuando entremos en el narcisismo