Culto al cuerpo

La sociedad en la que vivimos, la cultura que tenemos, así como los medios de comunicación nos llevan de alguna manera al culto al cuerpo expresado en diferentes formas. Un porcentaje elevadísimo de jóvenes indican estar insatisfechos con su aspecto.
En la actualidad, se fomentan los cuerpos atléticos, definidos, musculosos, fuertes, delgados, fibrados… por lo que las personas con problemas relacionados con el aspecto físico como la vigorexia están recibiendo continuamente refuerzos sociales que agravan la situación. La publicidad se dirige a la belleza, mostrando cuerpos falsos asociados al éxito, placer o incluso situación laboral.
Llegamos a un punto en el cuál perdemos el límite, no nos encontramos nunca satisfechos y nos obsesionamos con seguir mejorando nuestro físico: empezamos por hacer una dieta para bajar unos kilos de más, continuamos por aumentar las horas de gimnasio y ser más restrictivos que antes con la alimentación, y seguimos porque el tiempo o el estilo de vida que adquirimos para mejorar nuestro aspecto nos domine.
Es muy difícil la toma de conciencia por todo lo que hemos comentado y siempre se quiere seguir mejorando, encontrando casos en los que las personas se ven espectaculares pero consideran que podrían estarlo más aún, y otros que se perciben de manera distorsionada y nunca se ven como desearían.
Cada persona es única, por lo que cada caso es distinto y hay mucho trasfondo en todos ellos. Factores personales como haber sufrido obesidad, déficit de autoestima o poca confianza en sí mismos, unido a factores sociales y familiares podrían desencadenar incluso psicopatía en cuanto a la preocupación excesiva con el cuerpo.
Si consideramos que podríamos desarrollar estos problemas o conocemos a alguien que pudiera hacerlo, lo mejor es contactar con un profesional.
Por: Manuel González Batres – 25 de mayo de 2020