Necesitamos una rutina

Todos tenemos que dormir y esto sucederá de manera natural aunque no como necesitamos o quisiéramos. Es indispensable que el sueño sea de unas horas mínimas y reparador, para permitir a nuestro organismo hacer frente el siguiente estado de vigilia. No todos necesitamos las mismas horas de descanso ni dormimos de la misma forma, y pueden influir multitud de factores que nos faciliten o dificulten la conciliación.
A pesar de que lo recomendable es tratar a cada persona de manera individual, queremos compartir con vosotros las pautas generales para tener una adecuada higiene del sueño:
1. Evitar la ingesta de sustancias excitantes 6 horas antes de acostarse: cafeína, té, refrescos…
2. Disminuir la cantidad de comida de las cenas, intentar no ingerir alimentos muy pesados y, podría ser beneficioso tomar un vaso de leche (sin chocolate) o una infusión (sin teína) antes de dormir.
3. Realizar ejercicio físico diario
4. Si por costumbre dormimos siestas de más de una hora, reducirlas a máximo 30 minutos.
5. Mantener unos horarios, dormirse y acostarse siempre a la misma hora.
6. La cama es únicamente para dormir, no pasar tiempo en ella viendo la televisión, jugando, etc.
7. Cuando llegue la hora de dormir procurar tener oscuridad y horas antes no tener luces brillantes encendidas.
8. Minutos antes de irse a dormir afrontar la situación sin el uso de pantallas: móvil, ordenador…
9. El lugar donde se duerma debe ser cálido, libre de ruidos, acogedor, etc.
10. Si es necesario se pueden llevar a cabo rituales al irse a dormir que conlleven conductas relajantes: lavarse los dientes, escuchar una relajación…
Estos son unos tips básicos para adquirir un sueño profundo y reparador. Si consideras que no es suficiente y el insomnio empieza a hacerse recurrente, es recomendable consultar a un especialista para solucionarlo juntos.
Por: Laura María González Delgado – 30 de abril de 2020